Los hongos son descomponedores primarios de casi todos los ciclos biológicos del planeta, encontrándose también en asociaciones mutualista con más del 75% de las plantas terrestres. Sus usos y consumo crecen cada día en diferentes áreas humanas, destacándose la silvícola, farmacéutica y alimentación.

En las últimas décadas, se han realizado cambios drásticos en el uso de suelos y en la tala del bosque nativo chileno, introduciéndose grandes extensiones de bosques de eucaliptus y de pino insigne, con fines productivos y contra la desertificación.

La pérdida de los ecosistemas naturales chilenos, el cambio climático y la poca conciencia fúngica, han desplazado y reducido los espacios para la vida de los hongos. Se hace indispensable la generación de información micológica chilena, así como la protección y conservación de la biodiversidad fúngica.

Por otro lado, Chile es un gran exportador de hongos silvestres, sin embargo solo incursiona en el consumo de hongos comestibles cultivados como el champiñón de parís y algunas otras especies.

Micología Sustentable se hace parte de la declaración de Córdoba, España “Hongos de la tierra” y de la comisión por la conservación de los hongos de la Asociación Latino Americana de Micología Almic, pretendiendo ser un centro de recopilación, información y activismo para la protección y conservación del patrimonio fúngico de Chile, así como también, incentivar el consumo e interés por los hongos silvestres y cultivados.